viernes, 26 de abril de 2013

Suerte

Andando por la calle vi una pareja de ancianos que andaban uno delante de otro separados por un par de metros de distancia. La anciana iba delante marcando el paso, mientras que el hombre intentaba seguirla a marchas forzadas. Después de unos quince minutos de ritmo intenso, el hombre dijo basta y decidió sentarse  en el escalón del portal más cercano. La mujer mirando con cierta resignación al anciano, decidió seguir andando y torcer la esquina que tenia a no más de diez pasos de distancia.

Impresionado por la desconsideración de la mujer hacia el hombre decidí acercarme y preguntar que es lo que había ocurrido para que la linda ancianita actuase de esa forma

Abraham, que era como se llamaba, me contó que habían tenido una discusión hacía unas horas y que realmente no entendía porque se lo había tomado tan a mal ya que la discusión fue por una estupidez. Me empezó a contar una historia y rápidamente me hipnotizo con su relato.

Resulta que el día en que se conocieron él había quedado para ir al cine con una muchacha, según Abraham hoy en día ya nadie va al cine debido a las películas tan aburridas y horteras que se hacen, al salir del cine y después de varios intentos fracasados de besar a su acompañante, Abraham decidió  dar la velada por infructuosa y acompañar a la joven a su casa.
En el camino de vuelta a casa decidió pararse en una pequeña floristería, compro unas flores, y se encamino de vuelta a casa de la joven. Al llegar a la esquina donde vivía su enamorada vio asombrado que se besaba con otro hombre, con un sentimiento de desprecio hacía ella volvió a la floristería para recuperar su dinero.
Una vez dentro vio a la chica que le había vendido las flores llorando, al verle ella intento disimular sus lagrimas. Abraham se acerco y le  regalo las flores a ella, la cual se convertiría en su esposa durante 42 años.

Le dije que era una historia muy bonita y que no entendía el motivo del enfado de su esposa. Fue entonces cuando me contó que el único motivo de que le diese las flores era porque lloraba y el motivo de que ella llorase era una nube de polvo, levantada segundos antes por un autobús que decidió no pararse con el semáforo en rojo.

Todavía sorprendido le pregunte el motivo del enfado de ella, su historia era asombrosa y que la casualidad, el destino o quien sabe que, los había unido y que era algo que a mi me gustaría vivir.

Entonces fue cuando me dijo:

-Ella me dijo esta mañana exactamente la misma frase, yo le dije que no se confundiera, que fue pura suerte, si el conductor hubiese parado como debía habría reclamado mi dinero, habríamos discutido y estaríamos con otra persona.

Acto seguido se levanto y entro en una floristería cercana, salio con un ramo de flores y se marcho diciéndome:

-La suerte nos presento, lo que no sabe es que el amor nos unió para siempre.

Me quede pensando cuando llegaría mi golpe de suerte, en ese instante se abrió la puerta del portal y una preciosa chica se tropezó cayendo en mis brazos.



Y así niños es como conocí a vuestra madre






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